Creado para atraer a inmigrantes de países infrarrepresentados, el Programa de Visas de Diversidad, conocido coloquialmente como la lotería de la tarjeta verde, es la principal vía de inmigración a Estados Unidos para los uzbekos y otros centroasiáticos.
La economía estadounidense es una de las más sólidas del mundo, son muchas las puertas que se le abrirán si vive en este país. Pregunte a GLOBAL USA qué posibilidades de reubicación tiene.
Jain, animado por amigos en Estados Unidos, aterrizó en Atlanta en 2007 con un visa de estudiante para cursar un máster en ingeniería industrial en Georgia Tech. Pero su graduación al año siguiente coincidió con la crisis financiera y el inicio de la Gran Recesión.
“Fue un mal momento”, dice.
Su primera oferta de trabajo fracasó. Pero a los tres meses consiguió otra oportunidad que le permitió quedarse en Estados Unidos. Debido a que durante la recesión menos empresas solicitaban visas H-1B, su solicitud fue aprobada rápidamente.
El viaje de Oryakhail a Estados Unidos comenzó con un programa especial de visas de inmigrante creado en 2009 para afganos empleados por el gobierno estadounidense o en su nombre.
A lo largo de 15 años, el programa se ha convertido en una vía de inmigración vital, proporcionando visas a decenas de miles de afganos que ayudaron a la misión estadounidense.
Oryakhail, que ahora tiene 41 años, empezó como intérprete en la base aérea de Bagram en 2004 y trabajó para el ejército estadounidense durante 13 años. Sus misiones le llevaron por todo Afganistán. Como asesor cultural, rara vez participaba en misiones de combate, pero se encontró con muchos peligros.
“Muchas veces me estallaron minas, y otras tantas, en el distrito de Zurmat, en la provincia de Paktia, casi nos matan porque estábamos rodeados de talibanes, todos nuestros automóviles y Humvees quedaron destrozados”, cuenta.
Un primo suyo que también trabajaba para el ejército estadounidense fue capturado y decapitado por los talibanes en 2006.
“Fue uno de los primeros intérpretes decapitados por los talibanes”, explica Oryakhail.
Temiendo por su vida, Oryakhail solicitó una visa especial de inmigrante en dos ocasiones, la primera en 2007 y la segunda en 2010. Su segundo intento lo llevó a una espera de siete años marcada por importantes cambios en su vida, de soltero a comprometido, luego casado y, finalmente, padre de dos hijos.
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